Alza del dólar y buen clima favorecen a empresarios trigueros
Economía. La buena cosecha de la temporada 2014/2015 ha generado buenas perspectivas, lo que se traducirá en una positiva rentabilidad del mercado en al menos un 10% por sobre la temporada anterior.
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Varios son los factores que se han sumado para hacer de la actual temporada triguera una de las más auspiciosas según productores y analistas, ya que al buen tiempo que ha acompañado a los cultivos se suma la tendencia al alza que ha tenido el dólar, factor determinante a la hora de establecer un balance positivo de la actual temporada.
En la provincia de Osorno las cosechas comenzaron a mediados del mes de enero, donde a nivel regional existen alrededor de 10 mil hectáreas sembradas, esperando superar con creces las 57 mil toneladas cosechadas en la temporada anterior.
Uno de los mayores productores de este cereal a nivel regional es Marcelo Hofmann, quien para la presente temporada sembró cerca de 1.700 hectáreas, las que se ubican entre Trumao, Río Negro y siembras tardías con suelos más húmedos.
Según el empresario, la temporada se adelantó un par de semanas debido a las favorables condiciones climáticas presentes en la zona, que permitieron obtener granos de buen volumen, aunque un poco bajos en gluten.
optimismo
"Necesitábamos una temporada como la actual. Tenemos muy buenos rindes y los granos que maduraron temprano han salido de buen tamaño, lo cual nos permite recuperar y estabilizar nuestros costos en comparación a los últimos tres años, que fueron bastante complicados", comenta el productor.
De hecho, recuerda que en las anteriores temporadas las lluvias se hicieron presentes en plena cosecha, lo cual atrasó dicho proceso, fenómeno que derivó en que los rendimientos por hectárea se vieran disminuidos.
Hoy el panorama es distinto, trabajando con diversas variedades que se han visto beneficiadas por este factor climático, las que alcanzan además un mejor precio en comparación al año pasado, proyectando cosechar unas 12 mil toneladas aproximadamente.
ALZA EN LOS PRECIOS
En cuanto a precios, Hofmann sostiene que el valor del quintal para la presente temporada promedia valores que oscilan entre los $16.500 a 17 mil pesos, precio que varía según la cantidad de gluten y otras características.
En paralelo, factores externos como el dólar también son claves a la hora de establecer la banda de precios, dado que gran parte de lo cosechado es exportado, según comentó.
"Los precios internacionales se han mantenido muy estables, ya que la producción interna abastece sólo el 50% del mercado local y el resto es exportado, por lo que ambos mercados dependen del valor de la divisa", añade el productor, quien recalca que la temporada anterior el dólar tenía índices más bajos que los presentados actualmente.
Para la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), los últimos acontecimientos internacionales y el alza en el precio del dólar dan un mejor panorama para los productores trigueros nacionales, que podrían obtener precios levemente superiores a los de la temporada pasada si las condiciones actuales se mantienen.
Según el corredor de granos, Rodrigo Sáez, "la actual cosecha nos presenta granos de mejor calidad a nivel regional, lo cual hace que los molinos estén pagando más que en la temporada anterior, variando los rendimientos según la zona, destacando las variedades de invierno, que crecieron en forma óptima.
Sáez agrega que gran parte de lo producido en la Región, aparte de irse a la industria molinera, se deriva al sector salmonero, que en los últimos años ha tenido un gran repunte.
"Esta industria ha crecido de tal manera que son ellos quienes también influyen en el valor a pagar por quintal, donde incluso el año pasado este sector productivo quedó corto de granos, por lo que la demanda esta temporada será muy alta", expresa.
La actual temporada triguera ha estado marcada por la puesta en marcha del Reglamento Especial para el Trigo, en el marco de la ley que regula las Transacciones Comerciales de Productos Agropecuarios (Ley 20.656).
El reglamento permite transparentar los procedimientos de toma y análisis de las muestras de productos agropecuarios, cuando el precio de ellos esté subordinado a características determinadas por el comprador.
Además, se establece la posibilidad del productor de impugnar los resultados de los análisis, exigiendo el estudio de una contramuestra, cuyos resultados serán definitivos para los efectos de fijar el precio.