Vecinos de Quilmahue acopian el agua y la reparten en su comunidad
sequía. Los habitantes del sector rural de San Pablo se organizaron para no malgastar el líquido, por lo que han reducido el lavado de ropa y el agua de los pozos se la dan a sus animales. Eugenio Vargas, de 84 años, aún conserva un estanque de 2 mil litros que le entregaron hace un par de años, mientras que sus conocidos los vendieron.
"Este año no he tenido problemas de agua. El camión me viene a dejar agua cada 15 días y me alcanza muy bien".
Así cuenta Eugenio Vargas cómo ha logrado afrontar la temporada de sequía, que tiene a la provincia con déficit hídrico. No obstante, él ha conseguido reunir el vital líquido en el sector de Quilmahue, comuna de San Pablo, distante 25 kilómetros de Osorno en la ruta a Quilacahuín.
Este hombre de 84 años cuenta que ha vivido toda su vida en el sector. Su casa se ubica a un costado del camino y en ella convive junto a su esposa Guillermina Herrera quien es no vidente.
Asegura que pese a la difícil situación que se vive en las zonas rurales, no ha tenido problemas de desabastecimiento, pues cuenta con un estanque de 2 mil litros, el cual cada dos semanas llenan los camiones aljibe del municipio.
El estanque le fue entregado hace unos años por la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) gracias a una gestión del municipio sanpablino, con el fin de palear la falta de agua producto del seco verano.
Vargas no fue el único beneficiado con este depósito, ya que varios de sus conocidos también lo recibieron; no obstante, a diferencia de este hombre de 84 años, sus vecinos los ocuparon durante la temporada y luego los vendieron.
Entrega de agua
"A la gente se les está entregando 500 litros semanales, por lo que deben buscar otras alternativas; por ejemplo, si un vecino tiene más agua, éste le convida al resto. Este año la densidad poblacional creció, por lo que la necesidad de agua es mayor y sólo hay un camión aljibe que entrega".
Las palabras corresponden al dirigente del sector Marcelo Cárcamo, quien sostuvo que la necesidad de agua de los lugareños es tal, que el camión repartidor pasa incluso los domingos por la noche. Y si llega a faltar, entre los vecinos se reparten la que ya está acopiada.
El dirigente agregó que los problemas por la falta de agua comienzan en noviembre, los que luego se extienden hasta marzo y abril, cuando muchas veces este panorama se agudiza.
"En estos momentos estamos en la mitad del periodo de necesidad de agua, porque el peak es a partir del 15 de marzo, cuando el nivel de los pozos baja aún más. De ahí tenemos que esperar que vengan las lluvias de mayo", detalló el dirigente vecinal.
A su juicio, este problema no sólo afecta a las personas y las siembras, sino que también se extiende a los animales de crianza: "Ante la falta de agua los vecinos empiezan a vender sus animales a bajos precios. Si uno va a la feria ve que los novillos que antes costaban $900 mil, ahora se pueden encontrar a $600 mil".
Según relata Cárcamo, los vecinos que están cerca del río pueden dar de beber a sus animales con dicha agua, pero cuando éstos viven lejos deben reservar el agua turbia del pozo para estos fines.
"Como dirigentes estamos luchando para que se nos deje utilizar las aguas del río Rahue, porque no podemos tomar derechos de agua, ya que están todos solicitados, pero el agua del río pasa y se pierde. Es un tema que tiene que ver con la burocracia, pero la necesidad no espera".
Racionamiento
"Todos los lunes me vienen a entregar agua y me alcanza porque me las arreglo para hacerla durar hasta el lunes siguiente".
Así cuenta su experiencia Román Salgado, otro de los vecinos que ha sido golpeado por la sequía.
Mientras trabaja en la construcción de su nueva casa en la parcela que compró con esfuerzo, comenta que actualmente vive en un sitio más abajo, lugar en el que actualmente recibe los 500 litros de agua, pero que cuando se cambie ya no recepcionará dicho líquido hasta que instale un estanque de almacenaje.
"Aquí también tengo que ordenarme con el agua para mis animales", comenta, mientras indica el balde reservado para una de sus vacas.
No obstante, en el sector también hay familias que aseguran no recibir agua de los repartidores, como es el caso de Armando Saldivia. Según detalló, junto a sus esposa y tres hijos aún sacan agua de un pozo que en cualquier momento se seca.
"Por aquí pasan los camiones pero no nos entregan nada. Como tenemos sólo agua de pozo, nosotros vamos haciendo reservas de agua y así la cuidamos. En la casa tengo un balde lleno para no ir hacer funcionar tanto el estanque y así el agua nos dure", explicó Saldivia.
Debido a este seco panorama se han debido restringir en algunos ámbitos domésticos, como por ejemplo lavar la ropa una vez a la semana. "Aún así no alcanzamos a lavar todo y debemos ir acumulando ropa. Como tenemos tres niños esto nos complica mucho", aseveró.
El jefe de hogar manifestó que deben ser muy cuidadosos porque si llegan a ocupar grandes cantidades del vital líquido el pozo comienza a generar agua turbia, situación que conlleva serios riesgos de salud para sus hijos, "cuando eso ocurre debemos esperar harto rato para que baje todo el barro y poder volver a consumir agua."
El vecino agrega que para solucionar el problema del agua turbia la opción es comprar filtros, pero que no lo puede hacer por su elevado costo.
Al ser consultado sobre la situación de la familia Saldivia, Marcelo Cárcamo manifestó que los vecinos deben acercarse a su junta de vecinos para incluirse en el listado y dar las facilidades, como estar presentes en el momento de la entrega además de habilitar un contenedor de fácil acceso para el ingreso del camión.
500 litros puede recibir cada vecino semanalmente. Para contenedores de mayor capacidad la entrega se hace cada 15 días.
Beneficio Para poder recibir esta cantidad de agua, los vecinos deben incluirse en el listado de su junta de vecinos.
500 litros
de agua es la cantidad que fácilmente consume cada familia del sector. El líquido es enviado hasta los sectores rurales en camiones municipales.
2 mil litros
De capacidad tiene el estanque de Eugenio Vargas, uno de los pocos vecinos que conserva los contenedores adquiridos con fondos de la Onemi.
Marzo y abril
son los meses de mayores problemas de extracción de agua, ya que a esas alturas de la temporada el agua ha bajado casi completamente en los pozos.