McKellen muestra a su Sherlock Holmes "amnésico" en Berlín
El nuevo Sherlock Holmes tiene muy poco que ver con el estrambótico personaje que recreó Robert Downey Jr. ni con el frío y brillante de Benedict Cumberbatch. Y es que esta vez, al detective británico más famoso de todos los tiempos le falla su principal herramienta de trabajo: la memoria.
"Sir" Ian McKellen, el mago Gandalf de "El Señor de los Anillos" y "El Hobbit", llegó ayer a la Berlinale en la piel de "Mr. Holmes" (Bill Condon), un detective que a sus 93 años vive apartado de Baker Street y tiene que lidiar con el deterioro de sus impresionantes facultades deductivas.
"Sherlock Holmes es uno de los grandes ingleses que nunca vivió, y eso llama la atención", señaló el carismático McKellen, de 75 años. Y en ese juego de realidad y ficción, apunta: "Lo que separa a los humanos de los animales es que nosotros actuamos y ellos no, somos capaces de disfrazarnos y confundir a otra gente".
Así, empeñado en deshacerse de la caricatura que el cine y las revistas han forjado sobre él -sus míticos gorro y pipa son patrañas, afirma- este anciano Holmes se esfuerza en contar de su puño y letra su último caso. Sin embargo, el espectador pronto descubre que no es sólo una cuestión literaria: se trata de la única muerte que no pudo descifrar.
En esa fastidiosa búsqueda por el laberinto de los recuerdos, un Holmes cansado, con el rostro poblado de arrugas y necesitado de bastón para poder caminar, intenta ayudarse con la jalea real que producen sus abejas -una de sus grandes pasiones- o la pimienta de Japón. Pero todo es en vano.
Sólo el pequeño Roger, el inteligente hijo de su ama de llaves, consigue alentarlo. Y gracias a la entrañable amistad que se va sellando entre los dos, se da cuenta de que pese a sus muchos años de oficio nunca había caído en una cosa: hay misterios en el ser humano que la lógica, por sí sola, no es capaz de resolver.
"La dificultad y la recompensa de encarnar a este Sherlock Holmes es que tiene una experiencia que nunca tuvo antes", explica el actor.
"Mr. Holmes", que se presentó en la sección oficial del certamen pero fuera de concurso, se basa en la novela "A Slight Trick of the Mind", del estadounidense Mitch Cullin. Condon ("Gods and Monsters") logra un convincente y emotivo retrato de un personaje muy distinto al de las novelas de Arthur Conan Doyle, mostrando el verdadero talón de Aquiles del hombre que parecía saberlo todo.