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Pilar Vera es una niña de 11 años que asiste al centro de atención de verano que este año funciona en la escuela Lago Rupanco de Ovejería. Su madre tiene una extensa jornada de trabajo durante lo que dure el verano en una empresa dedicada a la producción de berries, por lo que la niña no tiene con quién quedarse en casa.
"Esta idea me pareció genial, porque ayudan a las mamás que no pueden cuidar a sus hijos debido a que trabajan. Mi mamá está en una empresa donde cosecha fruta, por eso me deja en la escuela, donde he corrido, jugado, dibujado y pintado", comentó Pilar, luego de salir de su segundo día de actividades en el centro de atención.
En el lugar, además de compartir con otros niños en su misma situación, recibió alimentación y entretenimiento durante todo el día.
proyecto
La iniciativa que se viene desarrollando desde algunos años en Osorno, tiene como objetivo entregar protección, asistencia y diversión a los hijos de madres que trabajan en verano, especialmente a aquellas que se integran a los trabajos estacionales.
Las edades de los niños beneficiados están entre los 6 a 12 años, menores que asisten de lunes a viernes desde las 8.30 de la mañana hasta las cinco de la tarde.
La coordinadora de este programa, Carolina Hernández, explicó que este año el programa contará con 100 cupos, divididos en dos escuelas. El turno de este año corresponde a las escuelas Juan Ricardo Sánchez del sector Francke y de la Lago Rupanco en Ovejería.
cupos
En ambos establecimientos las madres que deseen inscribir a sus hijos pueden seguir consultando, ya que como indica la coordinadora, las plazas están completamente ocupadas, pero en la práctica la asistencia no llega al 100% todas las jornadas.
"En cada escuela ya tenemos 50 inscritos, pero siempre sucede que hay niños que no llegan. Para inscribirse se pide un certificado que acredite que la mamá tiene un trabajo por esta temporada, luego se completa una ficha de inscripción más un certificado de nacimiento y fotocopia del carnet del niño", explicó Hernández.
Dentro de las actividades que se imparten están las ligadas al deporte, a las artes plásticas, salidas a terreno, a distintos sectores y parques de la ciudad y competencias de karaoke.
Carlos Alarcón es un padre de dos niños que asiste a este programa. Él trabaja y su señora también se sumó durante este verano.
"Esta idea es muy buena porque los chicos se distraen y así no están encerrados en la casa. Están bien cuidados e incluso los llevan a pasear a la piscina, por lo que los míos estarán todo el verano", afirma este trabajador padre a la salida de la escuela.
Al igual que cualquier día normal de escuela, Junaeb se encarga de entregar la alimentación correspondiente a toda la jornada mientras duran los talleres.
En cuanto a las tareas preparadas, comprenden circuitos de trabajo donde se dividen a los participantes por género y edades, quedando cada grupo a cargo de un profesor.
"Este es mi quinto año trabajando en las escuelas de verano, teniendo siempre una muy buena acogida de las familias con una buena asistencia de niños, hacemos muchas actividades, que consisten en deportes, hartas salidas a terreno, cines y piscina", agregó la coordinadora.
Dentro del funcionamiento de estos centros de atención de verano, se establecen reuniones de apoderados al comienzo, durante su desarrollo y en la finalización de los talleres.