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Una banca más generosa y una recuperación espectacular en el tercer periodo fueron los factores claves de la victoria de Osorno Básquetbol ante Los Leones de Quilpué (84-80), en el primer partido de los cuartos de final de la Liga Nacional, jugado anoche en el Gimnasio Monumental María Gallardo.
El triunfo deja al cuadro local con la ilusión de ganar un partido en la Región de Valparaíso -el próximo fin de semana- lo que le permitiría clasificar a semifinales, para enfrentar al triunfador de la serie entre Castro y Universidad Católica.
PARA EL OLVIDO
Los Toros entraron al campo dormidos y con dificultades para "calentar" las manos. Prueba de ello fueron al menos cuatro ataques fallidos en los primeros cinco minutos.
La escasa intensidad de los locales y lenta transición defensiva, permitían que, al frente, Tomás Álvarez (10 puntos en el primer cuarto) y Franco Garrido (7 ptos.) tomaran la iniciativa y llevaran a su equipo adelante en el marcador. De esta forma, el primer periodo terminó con un inquietante 16-22 a favor de los visitantes.
El inicio del segundo lapso no cambió mucho las cosas y tampoco hubo reacción del anfitrión. De hecho, cuando transcurrían cinco minutos Los Leones lograban alargar las diferencias a 14 puntos (22-36). Un preocupado Juan Manuel Córdoba insistía en la necesidad de mejorar la defensa, y particularmente la marca al estadounidense Leonard Washington. A ello se sumaba el pobre juego colectivo y poca trascendencia de los extranjeros Kirskey y Blackwell.
Así se fueron al descanso 30-44, con un equipo local apagado, lento y que no parecía estar jugando una fase de playoffs. Los fantasmas de la peor racha en la fase regular, caían nuevamente sobre el gimnasio Monumental María Gallardo y un dato graficaba las diferencias: el porcentaje de efectividad en los tiros de campo para los Toros llegaba a un discreto 29%, frente a un 52% para los de Quilpué.
LA RECUPERACIÓN
Sin embargo, al minuto de reanudadas las acciones, el americano Washington cometió su cuarta falta personal, lo que obligó al técnico Jorquera a enviarlo al banco. Ese fue el punto de inflexión que marcó la recuperación de Osorno, ya que aprovechó la salida del pívot rival como un verdadero golpe anímico para acortar las diferencias. Coincidentemente, Blackwell se hizo más fuerte bajo la tabla y Kirskey ganó en efectividad y protagonismo.
De esta forma, jugados cuatro minutos Osorno ya acortaba el tablero a un reanimador 44-48. Luego, un ataque al aro de Kirskey y un doble de Vera permitieron igualar las acciones a 48. A ello se sumó una bandeja de Pavez, que permitió al local pasar arriba por primera vez (50-48) justo en la mitad de aquel tercer periodo.
A dos minutos del final, los visitantes recibieron un nuevo golpe: la cuarta falta personal de su segundo extranjero, que también debió irse al banco.
El mayor sacrificio de todos y la rapidez que imprimió a su ataque, permitió que los Toros cerraran a su favor el tercer cuarto por un significativo 57-52, con un arrollador parcial de 27-8. De paso, el equipo demostró que la principal falencia de Los Leones es una banca corta, factor que puede ser clave en la definición de los restantes dos compromisos en la Región de Valparaíso.
Al inicio del último periodo, el DT Jorquera se jugó todas sus cartas y envío a los dos extranjeros al campo. Una apuesta que le significó acortar las diferencias. Pero a 4.38 del final, y a sólo tres puntos del local, Blackwell consigue sacar la quinta falta a Washington, quien debió abandonar la cancha definitivamente.
A 3.23' del término los Toros conseguían la mayor diferencia a favor (73-64), con un Gerardo Isla clave por su aporte tanto en la puntuación como en la recuperación de balones bajo el tablero ofensivo.
En los últimos minutos Osorno sufrió más de la cuenta, al recibir tres triples consecutivos de Los Leones en igual número de posesiones, pero supo manejar el nerviosismo para quedarse con una victoria 84-80, merecido premio para el equipo y los alrededor de tres mil hinchas que repletaron el gimnasio.
Para Gerardo Isla, uno de los puntos altos de Osorno, "la clave fue que dejamos de perder balones y conseguimos bajar el rebote. Así, ellos penetraron mucho menos que en el primer tiempo".