El gobierno ingresó a la Cámara de Diputados un proyecto de ley destinado a dar más transparencia al gasto de las campañas electorales, a los aportes que reciben los candidatos y el financiamiento de la política.
Hasta 2003, cualquier donación a un candidato se realizaba a través de los partidos políticos, sin rendiciones públicas ni fiscalización. Lamentablemente, en nuestro país deben producirse los escándalos para que los partidos políticos se allanen a cambios más profundos en materia de transparencia electoral. El caso MOP Gate, que significó el pago de sobresueldos a 129 funcionarios por trabajos que jamás se habían llevado a cabo, al mismo tiempo que Gate recibía pagos injustificados por autopistas concesionadas, obligó a promover un "acuerdo para la modernización del Estado, la transparencia y la promoción del crecimiento del país", que reformó la forma de financiamiento y aportes a campañas políticas, que rige hasta hoy, y que ordenó la existencia de aportes reservados.
La normativa permitía que personas jurídicas y naturales hicieran una contribución a un candidato ocultando su identidad y el monto de la donación a los beneficiarios. En la última elección presidencial y parlamentaria, los aportes reservados llegaron a casi $ 22 mil millones y constituyeron el 48% del total de los dineros declarados para financiamiento electoral. El caso Penta ha vuelto a remecer el ambiente político, a tal punto que en agosto último los diputados votaron a regañadientes a favor de prohibir las donaciones de las empresas a la campaña de un candidato y de eliminar la figura de "aportes reservados".
El actual proyecto es más concreto y pretende eliminar incluso el aporte de personas jurídicas, estableciendo uno estatal trimestral permanente a los partidos políticos con representación en el Congreso y que se elevaría en periodo de campaña electoral. Los aportes de personas naturales dejarán de ser secretos y se realizarán por intermedio de una plataforma del Servicio Electoral, que contará con más facultades fiscalizadoras, por ejemplo, para revisar cuentas y ordenar auditorías.
Cierto es que en la medida que más transparencia exista en el financiamiento de la política, se eliminan los vicios actuales. No obstante, quedan dudas con respecto a cómo los candidatos de partidos sin representación parlamentaria podrán competir en igualdad de condiciones. El debate recién se inicia.