Una cifra preocupante es la que dieron a conocer los dirigentes locales del Colegio de Profesores, quienes plantearon que siete de cada 10 docentes que trabajan en el sistema municipal de la capital provincial desempeñan sus funciones docentes bajo la modalidad de contrata, es decir, cada año negocian su continuidad en sus respectivas labores.
Las mismas estadísticas indican que se trata de 724 maestros, de un total comunal de 1.035, los que enfrentan esta incómoda condición, que -por ejemplo- no les permite acceder a financiamiento en la banca ni generar una adecuada antigüedad laboral.
Corregir esta situación es, precisamente, una de las grandes peticiones de la llamada "agenda corta" de negociaciones del Colegio de Profesores con el Gobierno, pues de acuerdo a las cifras nacionales existentes en el sistema educativo chileno del área municipal, son 41.890 docentes que están a plazo fijo en sus respectivos trabajos.
Por parte del Gobierno, la forma de enfrentar esta situación ha sido el envío al Congreso -a mediados de noviembre último- de una indicación sustitutiva que entrega titularidad a los profesores a contrata.
Esta indicación ya fue ingresada a la comisión de Educación del Senado y contempla el paso de contrata a la titularidad a aquellos profesores que tienen un contrato de aula, al 31 de julio de 2014, por un mínimo de 20 horas, durante tres años continuos o cuatro años discontinuos con el mismo empleador municipal.
Los profesores han recalcado, con justa razón, que cualquier reforma al sistema educativo debe comenzar con lo más básico: otorgar estabilidad laboral a quienes están encargados día a día de ser protagonistas del profeso formativo. En esa línea, resulta completamente coherente que los docentes plantean su inquietud por la fórmula en que se enfrentará el tema en el caso de comunas como la de Osorno, donde el alto número de profesores a contrata constituye una transgresión a lo establecido en el Estatuto Docente.