Miles de personas dan el cierre a un exitoso festival Lollapalooza 2014
Mabel González
Pese a que la jornada anterior no estuvo exenta de problemas técnicos y de sonido, las expectativas por el segundo día y final del festival Lollapalooza eran altas: en un mismo día tocarían grupos tan distintos pero igual de exitosos, como Vampire Weekend, Arcade Fire, Pixies, Soundgarden y New Order. Se hablaba de que era uno de los mejores Lollapalooza Chile y el buen ánimo de la gente lo avalaba.
El día dos de este festival de origen estadounidense empezó con nombres en su mayoría latinoamericanos. Los primeros acordes estuvieron a cargo de We are the grand, banda chilena de rock independiente que por estos días promociona su single "Ecstasy". Minutos más tarde y en el mismo escenario, el Coca Cola Stage -uno de los seis instalados en el Parque O'Higgins-, Ana Tijoux se hizo presente con su canción protesta en clave hip hop que reconquistó al público de Lollapalooza.
Un poco más allá, en el Claro Stage, la banda chileno-mexicana de "música libre" HopPo! puso la cuota de folk-rock y encantó a sus fans com la protagónica voz del Café Tacuva Rubén Albarrán.
Cuando la tarde avanzaba y la masa de gente se hacía más grande, Johnny Marr, el inglés que alguna vez fue responsable de las guitarras de The Smiths, concentró la atención de las miles de personas que a esa hora ya se encontraban en el parque capitalino. El músico, que el año pasado lanzó su primer disco en solitario, "The Messenger", dedicó su show a presentar parte de ese material -con canciones como "Generate! Generate!"-, pero también hizo un breve repaso por los clásicos de la otrora banda que compartió con Morrisey. De esta forma, Marr interpretó de manera impecable temas como "Stop me if you think that you heard this one", "Bigmouth strikes again", "How soon is now?" y "There is a light that never goes out", esta última quizás la canción más coreada del show. El británico y su banda también incluyeron en su setlist un cóver de "I fought the law", de los desaparecidos The Clash.
El ex The Smiths tuvo palabras de agradecimiento para sus fans y dijo estar complacido de encontrarse por primera vez en Chile. Cuando la sensación térmica superaba fácilmente los 30 grados, el inglés gritó pidiendo "¡agua!" en un par de ocasiones y los fans le respondían con un "Go, Johnny, Go!".
Cuando Marr bajaba del escenario, en una espacio aledaño el staff de Julian Casablancas instalaba los equipos para echar a andar el show del recién estrenado proyecto paralelo del vocalista de The Strokes: The Voidz. Con un "¡¿Cómo están, chilenos?!", el cantante estadounidense dio el vamos a su show, que lamentablemente para sus fans, tuvo evidentes problemas de sonido. En el público se escuchaban algunos reclamos, pero Casablancas compensó los inconvenientes técnicos con piropos a las "beautiful ladies" que se encontraban en la multitud.
La presentación comenzó a mejorar de a poco y Casablancas y The Voiz cumplieron su objetivo de hacer cantar y bailar a la masa. Lograron, además, una convocatoria importante de público.
Pasadas las 17.30 y con la convocatoria de público más importante hasta ese momento, fue el turno de Vampire Weekends, banda estadounidense que debuta en Chile. El grupo, liderado por Ezra Koenig, fue escuchado por un encendido público que empezó coreando "Diane Young", la canción que abrió la presentación de los neoyorkinos.
Perry Farrell, el cerebro detrás de Lollapaloza, tuvo que explicar la polémica frase que le dio a la revista Billboard, en que aseguraba que las ganancias en Sudamérica eran el doble o triple que en otras partes del mundo. Y lo hizo con ironía. "Tengo una familia y quiero surfear en una hermosa, exótica y lejana isla", comentó. El músico aclaró que el precio que se paga por ir al festival es el que ayuda a traer grandes grupos. "Que el precio de las entradas sea más caro, es porque el costo sube. Así es como funcionan las cosas", afirmó.