Cocule luce con orgullo sus puentes del siglo XIX
Texto y fotos de Guillermo Sáez Eickhoff
Navegar hacia los puentes ferroviarios del sector Cocule, siguiendo el curso medio del río Bueno, en la zona limítrofe entre Las Unión y San Pablo, es viajar hacia un encuentro con la historia. Son varios gigantes construidos en 1893 en Francia por los mayores y más antiguos establecimientos metalúrgicos de Europa: la empresa Schneider et Cie-Usines du Creusot, para el ferrocarril chileno. Las estructuras permitieron la llegada del tren y el inicio de un nuevo ciclo económico en el sur del país. Con ellos se logra sortear el paso no sólo de los caudalosos ríos, sino también de las extensas vegas en ese tramo de la vía. Dada su relevancia, en los municipios vecinos se alzan voces para declararlos Patrimonio Nacional, hay interés en ello por representar un enorme atractivo turístico.
Conocerlos es toda una aventura que comienza en Trumao, puerto viejo. Tras veinte minutos de navegación aparecen estos colosos de acero que llegaron por barco al puerto de Corral a fines del 1800, para ser emplazados en el trayecto ferroviario entre La Unión y Osorno.