Fuld pide motivar a los pacientes
Cuatro de cada 10 ensayos clínicos en adultos con cáncer termina prematuramente porque los investigadores no pueden conseguir suficiente gente para probar tratamientos nuevos, informaron los científicos.
La tasa de experimentos inconclusos, que es sorprendentemente alta, revela no sólo el alcance y el costo de oportunidades desperdiciadas que privan a los pacientes de posibles avances, sino también el alcance de todo tipo de barreras, como el dinero, la logística e incluso el temor erróneo de que la gente no recibirá la mejor asistencia si se suman a uno de estos ensayos.
"Los ensayos clínicos son la piedra angular de los avances en el tratamiento del cáncer", la forma en que los nuevos tratamientos demuestran su valor, dijo el doctor Matthew Galsky, de la Facultad Icahn de Medicina del Hospital Mount Sinai de Nueva York.
Cuando un tratamiento experimental de fármacos o de otro tipo no logra llegar al mercado, la gente suele pensar que no funcionaba o tenía demasiados efectos secundarios, pero un medicamento o tratamiento potencial también pueden verse condenado por la incapacidad para completar los estudios, dijo Galsky.
El doctor ayudó a dirigir un análisis de 7.776 experimentos registrados en Clinicaltrials.gov -un cibersitio del gobierno de EE.UU. para el seguimiento de experimentos médicos- entre septiembre de 2005 y noviembre de 2011. Todos eran estudios que estaban a etapas intermedias o finales de prueba de tratamientos para varios tipos de cáncer en adultos.
Alrededor del 20% de los estudios no fueron terminados por razones que no tenían nada que ver con la seguridad ni con la eficacia del tratamiento, ambas razones legítimas para poner fin prematuro a un estudio. La inscripción escasa, la imposibilidad de inscribir a suficientes pacientes para terminar el estudio en el tiempo suficiente, llevó a casi 40% de terminaciones antes de lo programado.
Las investigaciones de este tipo, patrocinados por compañías, fueron menos propensos a completarse que los patrocinados por el Gobierno u otros organismos.
Los ensayos en enfermos de cáncer en etapa tardía pueden costar a las empresas "decenas e incluso cientos de millones de dólares", y ese dinero se desperdicia si no se obtiene una respuesta clara sobre el valor potencial de un medicamento, dijo el doctor Charles J. Ryan, un especialista en cáncer de la Universidad de California en San Francisco, EE.UU.
Ryan dirige el programa de una conferencia que se realizará esta semana en San Francisco, donde se presentará el estudio de Galsky, según señaló él durante una videoconferencia de la American Society of Clinical Oncology (Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica), una organización de médicos que atienden enfermos con cáncer.
Ryan y Galsky dijeron confiar en que este estudio estimule más investigaciones sobre por qué no hay más pacientes que participen.
En la mayoría de los casos, el tratamiento que se está ensayando se proporciona gratuitamente, pero puede haber otros costos, como pruebas de laboratorio. Algunos estados de EE.UU. requieren que las aseguradoras cubran estos costos adicionales, pero otros no las obligan, por lo que la falta de dinero puede ser un obstáculo para los enfermos.
Algunos médicos no animan encarecidamente a los pacientes a que participen en los estudios y en ocasiones los enfermos temen que van a darles un placebo en lugar del tratamiento real.
A pesar de eso, en los ensayos clínicos contra el cáncer, las normas éticas exigen que todos los pacientes reciban la mejor atención posible, además de la oportunidad de un tratamiento experimental.
"Los pacientes todavía temen que les vayan a dar un placebo, pero siempre van a recibir el nivel de atención estándar como mínimo", dijo Shelley Fuld Nasso, directora de la National Coalition for Cancer Survivorship (Coalición Nacional para la Supervivencia al Cáncer), una organización de defensa del paciente y a favor de la educación en Estados Unidos.
La directora de la Coalición Nacional para la Previsión del Cáncer, Shelley Fuld Nasso, opinó que los médicos deben ser los encargados de alentar a que haya más pacientes que participen de los estudios para prevenir y combatir esta enfermedad. Los organizadores de experimentos tienen que asegurarse de que están poniendo a prueba temas y tratamientos clave para honrar las contribuciones de los participantes en los estudios, agregó.