El fin de año se acerca rápidamente y con él, todos los compromisos y toma de decisiones propios de la época. Uno de ellos, para un número no menor de personas, es la siempre difícil decisión de qué estudiar y dónde hacerlo. Ya sea porque algunos están terminando la enseñanza secundaria o porque ha llegado la hora de retomar "el proyecto", que alguna vez se tuvo que posponer, esta decisión no es fácil y se debería tomar con cierto grado de certeza e información.
Para elegir lo que se quiere estudiar, es importante tener claros mis intereses, y saber si tengo las capacidades para ello. Que me guste algo, no necesariamente va de la mano con las condiciones para dedicarme a eso. Otro elemento importante son las posibilidades de desarrollo profesional que tiene la carrera que me atrae y sus expectativas laborales: ¿podré insertarme rápidamente en el mercado?, ¿a qué nivel de remuneración puedo aspirar una vez que me haya titulado?
La buena decisión supone un proceso proactivo y oportuno de autoanálisis e información que no todos saben hacer y por esta razón, muchos equivocan el camino a seguir.
La destacada psicóloga María Soledad del Río, indica que la orientación vocacional es un proceso que no surge de manera espontánea, sino que se desarrolla en el tiempo, validando este adecuado proceso. "Qué se quiere estudiar es un tema que se debería reflexionar durante la enseñanza media. No es recomendable pensarlo a última hora".
El Ministerio de Educación también recomienda pasos a seguir para seleccionar la carrera que será la base del futuro laboral. Lo primero es preguntarse qué es lo que me interesa aprender y con qué actividades disfruto más.
En segundo lugar, ver con qué profesiones se relacionan las actividades que me gusta hacer. Y el tercero, identificar cuál es el objeto de estudio de las profesiones que me interesan; por ejemplo, los animales, el cuerpo humano, árboles u otros. Una vez que está hecho lo anterior, corresponde definir la acción que realizaré con ese objeto: investigar, vender, construir, explorar… para finalizar informándome sobre el contenido y la malla curricular de mi selección y verificar si son lo que imagino. A lo planteado, nos permitimos sugerir un par de cosas más: comparar las mallas curriculares de una misma carrera, entre las instituciones que ofrecen la carrera elegida.
Es recomendable conocer además, la infraestructura e implementación del lugar seleccionado, así como los convenios y espacios donde se desarrollarán las actividades prácticas.