Vivienda social: lo técnico basado en lo humano
Los mayores problemas se relacionan con un número importante de subsidios otorgados sin aplicar.
No hay dudas que hablar de vivienda es hablar de un tema sensible en nuestra sociedad. La naturaleza humana que engloba el concepto, y su sinónimo de hogar, nos lleva siempre a quienes somos profesionales del sector de la construcción, a trabajar en los análisis técnicos, siempre desde los argumentos enfocados en la persona y en la familia. Estas reflexiones son transversales e ineludibles.
Es en este contexto donde surge la complejidad de abordar técnicamente el problema actual que enfrenta la vivienda social, principalmente en ciudades que aglomeran una gran cantidad de personas.
Claro está que se ha avanzado en materia de vivienda para los sectores más vulnerables. Con el tiempo, se ha evolucionado considerablemente en aspectos cruciales como la cantidad de metros habitables, así como la calidad de los materiales que se usan en dichas construcciones. Sin embargo, estas mismas exigencias y mejoras en calidad, han ido de la mano con "efectos secundarios".
El crecimiento poblacional ha empujado sostenidamente la demanda por viviendas del tipo DS 49, para sectores más vulnerables, y por aquellas denominadas DS 01, para sectores medios. Esta creciente demanda en ciudades grandes, trae entre otras consecuencias, la escasez de terrenos a precios asequibles para las empresas constructoras, que deben estructurar los proyectos en base a las exigencias del Ministerio de Vivienda.
Esta compleja situación, se ve reflejada principalmente en los sectores que cuentan con subsidios para la vivienda DS 49, sin embargo, también podemos observar otros problemas en los sectores medios. Quienes logran el subsidio para la vivienda categorizada como DS 01, se enfrentan muchas veces a las exigencias de sistema bancario, quedando muchas veces sólo con el monto entregado por el beneficio del Estado, y no logrando el anhelado crédito hipotecario.
Los mayores problemas vislumbrados dicen relación con un número importante de subsidios otorgados sin aplicar; proyectos sin ejecutar; y falta de contratistas interesados en construir viviendas sociales. Recordemos que el éxito de la política habitacional no se basa en la cantidad de subsidios entregados, sino que en la ejecución del proyecto que finaliza con la entrega de la vivienda al beneficiario. Como gremio estamos permanentemente preocupados de este tipo de situaciones, marcadas profundamente por lo humano. Creemos que los argumentos sociales y técnicos que apoyan estas reflexiones, deben llevar al Ministerio a tomar cartas en el asunto, entregar soluciones para las familias y trabajar de manera asociativa con el sector privado para alcanzar éstas.