Es posible construir horizontes comunes en torno al agua, donde se congreguen voces y miradas de actores territoriales diversos. Esto no es un sueño. Ni tampoco -como lo reza un adagio popular- el "mundo de Bilz y Pap". El destino del agua se construye colectivamente. La noticia, sin embargo, no es ésta. Lo nuevo tiene que ver más bien con subrayar que esta construcción debe ser motivada, puesto que los principales cuerpos legales en nuestro país apuntan a la privatización del agua.
Esta construcción requiere de una acción consciente, enérgica y permanente en el tiempo, al punto que sea una política de la acción verdadera, una especie de mono porfiado que insiste en lograr el propósito de asegurar el agua para todos hasta que efectivamente se logre. La construcción de horizontes comunes en torno al agua requiere, entre otros, de tener claridad sobre la disponibilidad y sobre la gestión.
Pero disponibilidad y gestión del agua en el mundo contemporáneo supone un cambio en la manera en que hacemos hoy las cosas. Construir horizontes comunes implica entonces motivar la elaboración de una mirada técnica-política; esto es, propiciar que, junto con la voz y mirada del sector público encargado de procurar calidad de vida a los ciudadanos, se otorgue voz a los científicos y técnicos que conocen sobre disponibilidad y gestión del agua porque han estudiado estas materias.
Junto a los dos actores anteriores, la comunidad local descalza -aquellos hombres y mujeres, jóvenes, adultos, viejos y niños que se organizan en pro de su propia calidad de vida sin importar los colores políticos- es otra voz y mirada necesaria y pertinente para construir un horizonte común. Un "mundo de Bilz y Pap" ¡No! Pero sí el esbozo de un necesario nuevo contrato con nuevas relaciones sociopolíticas entre la comunidad local, científicos y decidores públicos.
Una ciudadanía informada, a fin de cuentas, puede decidir siempre en beneficio de ella misma y procurar cambios en las leyes a través de sus representantes en el parlamento. El agua es una tema ciudadano, y siendo así, es urgente construir una política que tenga como horizonte común su disponibilidad y aseguramiento permanente.
Francisco Ther R., Ceder de
la Universidad de Los Lagos