Vicente Gottschalk: el sacerdote que vino por 5 años y se quedó toda la vida para ayudar a los más pobres
TESTIMONIO. El religioso alemán de 76 años, oriundo de Silesia, está retirado en su residencia de la Aldea Juvenil San Alberto Magno, donde recuerda con alegría la labor que realizó junto al padre Pedro Kliegel. El resultado fue la creación de la Fundación Cristo Joven.
Desde hace 42 años que se comenzó a gestar el fuerte lazo afectivo, pastoral y de trabajo entre el padre Vicente Gottschalk y la comunidad osornina, unión que perdura hasta la actualidad, pese a que el sacerdote de origen alemán de 76 años permanece en su residencia de retiro, ubicada en la Aldea Juvenil San Alberto Magno, por razones de salud.
Ahí es visitado constantemente por fieles, sacerdotes o vecinos, a quienes recibe con una sonrisa, les regala dulces y una conversación llena de enseñanzas, anécdotas y recuerdos.
El religioso oriundo de Silesia llegó a Chile en 1976, época en que se unió al también sacerdote de origen alemán Pedro Kliegel. Juntos desarrollaron una intensa labor social que les permitió crear la Fundación Cristo Joven, que incluye obras como el Hogar Universitario Obispo Romero sedes Osorno y Valdivia; el Hogar Fray Escoba; la Aldea Juvenil San Alberto Magno; las poblaciones San Maximiliano Kolbe y El Esfuerzo, la construcción de las parroquias Sagrado Corazón, Santa Rosa de Lima, entre otras acciones.
Todo el apoyo que ha brindado a los más necesitados le valió ser nombrado Hijo Ilustre de Osorno en 2003 y ganarse el afecto transversal de los osorninos.
Su labor a cargo de la capilla El Buen Pastor de Ovejería, hasta 2015, fue la última acción sacerdotal activa que realizó el padre Vicente antes de que su salud se viera profundamente mermada por problemas a la cadera que le impiden desplazarse normalmente, lo obligan a realizar ejercicios y tomar medicamentos diariamente para disminuir los dolores.
Historia de Vida
Sentado y realizando ejercicios, Vicente Gottschalk relata que nació en un territorio que actualmente pertenece a Alemania, Polonia y la República Checa. Producto de los efectos de la Segunda Guerra Mundial emigró junto a sus padres y siete hermanos hasta Krefeld (Alemania), donde creció.
"Mi vocación sacerdotal llegó de una forma muy especial, estaba viendo la película 'Romeo y Julieta' cuando una voz interior me dijo 'debes ser sacerdote'. En esa época tenía 16 años más o menos. Le comenté a mi madre y me dijo, 'bueno, decide tu'. Ese espíritu tenía razón, dediqué mi vida al sacerdocio", comentó riendo.
Su ordenación sacerdotal fue en la diócesis de Aquisgrán, donde le comentaron que en Chile y Osorno faltaban sacerdotes, por lo que decidió venir para apoyar la labor pastoral durante cinco años. No obstante, este lejano y desconocido país se transformaría en su patria de corazón, según explicó.
"Llegué con permiso cinco años inicialmente, pero pasaron 16 años antes que llegara una carta desde la diócesis de Alemania preguntando si volvería o pedía permiso indefinido. Lo conversé con el obispo Cavieres en esa época, que envió una carta y, bueno, acá estoy. La verdad no me imagino vivir en otro lado que no sea Osorno, con las personas a quienes agradezco cada momento que me han regalado y todo el cariño que siempre he recibido", confiesa.
Montañas
Su arribo a Osorno fue a los 33 años, época en la que trabajó muy de cerca con monseñor Francisco Valdés, fundador de la diócesis de Osorno en 1955 y actualmente en proceso de canonización, reconocido como Venerable Siervo de Dios en 2014.
"Con el padre Pedro trabajamos muchísimo para lograr hartas cosas que permitieron apoyar a muchas personas. Recuerdo que cuando comenzamos el sueño del hogar universitario, de la aldea y de las poblaciones, le escribimos a todos quienes conocíamos en Alemania y el respaldo de ellos fue increíble. Después viajé muchas veces sólo con un dibujo de lo que estábamos haciendo en Osorno y el corazón lleno de esperanzas y toda la fe del mundo. Hoy veo todo lo logrado y sólo puedo sentir satisfacción y agradecimiento, porque eso fue obra de Dios lograda con amor", explicó el sacerdote.
También recuerda su participación activa con la comunidad, donde siempre estaba disponible para distintas actividades como cicletadas, corridas, reuniones, la construcción de obras, además de los mensajes entregados durante los servicios religiosos.
También estuvo presente en momentos políticos complejos en el país y recuerda haber buscado el balance que le permitiera a todos expresarse, principalmente a la juventud.
"En esos años (1980 a 1985) la juventud tenía como refugio la Iglesia y estaba bien, porque no hacían nada mal. Recuerdo las veces que fui a buscar a jóvenes que habían sido detenidos y le pedía en voz alta a la policía de la época que los liberarán, porque no habían hecho ningún mal. Gracias a Dios siempre fui escuchado. Ahora pienso que fueron riesgos que en su minuto no ponderé, pero volvería hacerlo si fuera necesario", enfatizó.
Dentro de su tiempo libre también se dedicó al montañismo, actividad que le permitió llegar a la cima de los volcanes Antuco, Villarrica, Mocho-Choshuenco , Calbuco, Hornopirén, Puyehue, Osorno, entre otros. "Cuando llegaba a la cima mirando ese paisaje maravilloso, cantaba 'Chile, Chile lindo...lindo como un sol' y le pedía a Dios que siempre bendijera estas tierras y su gente", comentó.
También escribió en 2011 un libro de Humor Religioso con dibujos ilustrativos, donde en las 100 páginas incluye chistes, refranes y pensamientos populares, tanto nacionales como extranjeros. Incluso, en algunas historias aparecen él mismo, como cuando un obispo lo encontró haciendo competencias de posición invertida con un grupo de profesores de gimnasia, la que finalmente ganó. "Claro, era raro ver al sacerdote de cabeza y el obispo se asustó", dijo.
Mensaje de amor
"Sean fieles a la Iglesia, a pesar de todo. La Iglesia es la única que siempre ha tenido la posibilidad de atacar injusticias sociales o exponer desigualdades y ahora es muy criticada, lo que es una gran injusticia. También espero que la gente trabaje siempre por el bien de todos, por el amor a Dios. Espero que en Osorno terminen las discordias que se viven desde 2015. Comenzamos un tiempo de reconciliación y en ese camino estamos y todos podemos unirnos en el amor a Jesucristo", dijo el sacerdote, a modo de mensaje para los osorninos.
"Mi vocación sacerdotal llegó de una forma muy especial, estaba viendo la película 'Romeo y Julieta' cuando una voz interior me dijo 'debes ser sacerdote"."
llegó a Osorno el sacerdote diocesano Vicente Gottschalk, proveniente de Alemania. 1976