"Hay que ser bastante ciego para decir que no hay un quiebre producido por Barros"
Como una piedra en el zapato para la Iglesia, calificó el sacerdote jesuita, Felipe Berríos, la situación que enfrenta la comunidad católica osornina dividida por la presencia del obispo Juan Barros, donde un grupo lo rechaza por sus vínculos previos por con el sacerdote Fernando Karadima, mientras que otros lo apoyan por obediencia al Papa Francisco que lo designó.
De hecho, el religioso considera que monseñor Barros debe renunciar a seguir ejerciendo su cargo como máxima autoridad de la diócesis de la provincia, dando así una muestra de amor a la Iglesia, a su vocación y a toda la comunidad.
El jesuita fundador de la organización Techo (ex Un techo para Chile) se encuentra desde el lunes 26 de junio de visita en la comuna, participando en un ciclo de charlas en la Universidad Santo Tomás y la tarde de ayer dictó una conferencia titulada "Una mirada a la realidad" en el Edificio de Atención al Vecino, en calle Bilbao. Además, durante la jornada de hoy participará de encuentros con la comunidad educativa y ex alumnos del Colegio San Mateo, entre otras actividades.
-¿Se reunió con sacerdotes de la diócesis?
-Me junté el lunes con parte del clero y diáconos. Lo que percibí en ellos no fue rabia ni desquite o agresividad, sino que percibí dolor porque sus hermanos sacerdotes y el pueblo de Dios están divididos. El dolor también se genera porque no son escuchados por el obispo Barros, no existe un diálogo fraterno. En Osorno hay personas de una vocación pastoral y sacerdotal reconocidas en todo Chile, como el padre Pedro Kliegel. Genera dolor en el clero percibir que son una comunidad católica quebrada y que pasarán muchos años para que se recupere.
-Hay personas que aseguran que la iglesia en Osorno funciona normal y no existe división...
-Hay que ser bastante ciego para decir que en la sociedad osornina no hay un quiebre producido por la presencia de Barros. Ojalá se pueda superar.
-El obispo mantiene un silencio a todo evento, ¿qué le parece a usted aquello?
-Es parte de lo absurdo de la situación. En el fondo no hay pastor en la diócesis de Osorno, es muy malo no tener directrices pastorales. Existe una ausencia porque el pastor tiene miedo de encontrarse con la gente y dialogar, lo cual provoca un daño tremendo. Este tema no sólo es un problema para la comunidad de Osorno, para toda la iglesia chilena es una espina, una piedra en el zapato.
-Las personas que rechazan al obispo Barros argumentan creerle a las víctimas de Karadima, aunque Juan Barros aseguró no saber nada de los abusos. ¿Usted a quién le cree?
-El problema es que existen dos versiones, pero lo que han dicho las víctimas con el tiempo se ha comprobado que es verdad. Al principio se les trató de exagerados, pero después el mismo Vaticano comprobó que lo denunciado era cierto y mucho más terrible. Entonces, yo tiendo a creerle a las víctimas.
-¿Qué debiera hacer el obispo Barros para solucionar el problema?
-Juan Barros es el punto que genera el conflicto, lo ideal sería que renuncie ahora, por amor a la iglesia y a su misma vocación. No se empequeñecerá si renuncia, al contrario, seguirá siendo obispo hasta su muerte, pero que renuncie a su ejercicio le hará un bien a todos.
Laicos y venida del Papa
-¿Qué opinión tiene usted del grupo de Laicos que ha mantenido una resistencia al obispo pública y constante?
-Los apoyo totalmente, somos todos parte de la Iglesia y, claro, se está jugando un poco al desgaste de estas personas, pero si hay menos protestas o gente manifestándose no significa que el problema se terminó. Ellos quieren a su iglesia, la sienten su madre y no buscan dividirla, al contrario.
-El Papa trató a la comunidad osornina de "tonta y zurda", ¿debiera referirse a lo que ocurre en Osorno durante su visita?
-Yo le tengo mucho cariño al Papa, es mi jefe, pero me dolieron sus dichos y la forma de expresarlo, creo que fue un error. El trató injustamente a una comunidad calificándola de tonta y de zurdos, lo que tiene una carga política muy fuerte. Es un tema que continúa y creo el Papa tendrá que referirse a lo que ocurre en Osorno. Pero se debe tener claro que el mayor responsable del nombramiento de Barros es el nuncio apostólico Ivo Scapolo, quien debe dar la explicaciones a la sociedad chilena e incluso puso en una situación incómoda al Papa, porque la Conferencia Episcopal no quería que Juan Barros fuera nombrado.
Tener opinión
-¿Cuál es el mayor problema que genera a los sacerdotes que exista este conflicto en Osorno?
-O sea, si uno dice que viene a Osorno, todos te dicen inmediatamente que te van a preguntar por el tema del obispo Barros y te aconsejan no meterte u opinar. Tenemos otros desafíos como clero mucho más importantes que tratar, conversar u opinar y pasan a segundo plano. Un ejemplo es la desigualdad, los inmigrantes y el apoyo que requieren las familias en campamentos. Eso debe ser la primera preocupación, pero aflora este tema porque es la piedra en el zapato. Es absurdo que alguien que dice ser pastor no sea capaz de solucionarlo dando un paso al costado.
-Usted se caracteriza por tener opinión muchas veces con duras críticas al sistema, la sociedad o la propia iglesia, ¿ha tenido que pagar algún costo por eso?
-Yo tengo todos mis estudios en Chile, la iglesia chilena me educó, me enseñó que hay temas que son opinables y que lo debes hacer. Ahora es triste que exista un miedo en la misma iglesia a no decir las cosas. Claro que ha tenido un costo, como no caer muy simpático en algunos sectores de la iglesia y sientes algo de marginación. Ahora también me llegan emails de que siga en mi senda, que tengo razón, pero eso siempre es privado.
-¿Cómo es la experiencia de vivir en el campamento Luz Divina VI de Antofagasta?
-Una especie de postgrado en humanidad y creo que los sacerdotes no se hacen en un seminario, donde a veces te llegas a creer dueño de la verdad y que dominas a Dios. Esas familias me están enseñando a amar, a ser cura, a perdonar y vivir el evangelio. Ahora creo que los campamentos existen no por un problema de vivienda, sino de exclusión social. Mientras no combatamos el clasismo y la segregación social no terminaremos con ellos.
"Los sacerdotes no se hacen en un seminario, donde a veces te llegas a creer dueño de la verdad y que dominas a Dios"."
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