"La política se ha olvidado que lo más importante en un país es el ser humano"
Cuenta que decidió escribir un libro con sus memorias para entregar algunos recuerdos a su familia e hijos. Lo ayudó en ese proceso un periodista y advierte que se tardó tres años en terminarlo.
Hoy, su correcto y ágil discurso y convencidas reflexiones son parte del libro "Recuerdos de mi vida médica y política", un escrito de 211 páginas que retratan la vida cargada de logros del osornino Julio Montt Momberg, el mismo quien fuera en 1992, bajo el gobierno de Patricio Aylwin, ministro de Salud.
Sus memorias
Actualmente Julio Montt tiene 90 años y vive en Santiago, aunque señala que él nunca se ha ido de Osorno, ya que su corazón sigue acá y gran parte de su familia también.
Dice que está satisfecho de haber logrado escribir un libro, pues fue algo que muchas veces pensó hacer y finalmente concretó. Y es que su vida nunca pasó indiferente debido a su espíritu luchador y decidido.
La historia de aquel joven nacido en Osorno, en una casa que hoy ya no existe frente al río Rahue, fue tomando rumbo. Su infancia la vivió en Trumao y ya más adolescente estudió en el Instituto Alemán y luego en el Liceo de Osorno desde donde al egresar optó por entrar a la Escuela Militar, la que terminó de forjar su carácter.
Pero quiso dejar la milicia para estudiar una bella pasión: la Medicina, carrera que despuntó su historia logrando convertirse en director médico de la Clínica Alemana de Santiago (1982-1992), fue ministro de Salud entre 1992 y 1994 y director del Programa Regional de Bioética de la Organización Panamericana de la Salud.
En el campo de la política también destacó y logró ser elegido en dos ocasiones como diputado por Osorno, formando parte de la directiva del partido Demócrata Cristiano. Su vida de aciertos y reflexiones están plasmadas en su primer libro, el que no está en librerías porque sacó pocos ejemplares, los cuales se ha encargado de compartir con amigos y familiares.
-Si tuviera que escoger entre los hechos que marcaron el camino de su vida, ¿cuáles destacaría?
-Ha sido tan larga mi vida y he tenido que enfrentar tantas situaciones y errores, pero de mi vida profesional me gustó el tiempo que dirigí la Clínica Alemana en Santiago y en la política, el momento en que juré como Ministro de Salud en el gobierno del ex Presidente Aylwin. Sin embargo, lo otro que me dio satisfacción, porque fue un adelanto personal, fue la dirección del Programa Regional de Bioética.
-De estas tres menciones, ¿por qué la dirección de la Clínica Alemana fue relevante?
-Porque en esos diez años observé el progreso y pude aplicar mis conocimientos profesionales y desarrollar mi capacidad de organización para hacer surgir una institución de tanto prestigio y que también representaba una parte de mi sangre germana.
-¿Qué tan difícil fue su rol como ministro de Salud?
-Logros importantes no pude hacer en año y medio de ministerio, pero trabajé fundamentalmente en resolver problemas gremiales. El problema mayor fue dar solución a situaciones de urgencia y una preocupación fundamental era organizar bien la atención primaria. Y bueno, en Osorno le puede preguntar a la doctora Ximena Acuña, una de las profesionales que a mi juicio ha desarrollado una acción muy positiva en la organización de la atención primaria y que para mí fue un ejemplo a replicar en todo el país y eso quiero destacarlo.
Dos pasiones
-¿Qué ha sido más relevante para usted, su carrera médica o la política?
-No hay una por sobre la otra, son dos vocaciones compartidas y en ambas he recibido reconocimiento (ríe) y son relevantes las dos porque ellas me llevaron a vivir todo lo que viví. En la profesión médica fui parte de todos los cambios sociales, tecnológicos, científicos y pude enfrentar los problemas de salud en Chile, mientras que en el plano político, haber sido un impulsor (como diputado) en la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, que desde hace 40 años no ha tenido modificación, también ha sido un orgullo.
-¿Usted fue amigo del fallecido ex presidente Patricio Aylwin?
-Sí, fui muy amigo de Patricio y en general de la familia Aylwin y hoy día mantengo una amistad con Andrés, el hermano del ex Presidente. En aquellos años, alguna vez le dije: 'Mira Patricio, si alguna vez me necesitas, llámame con toda confianza'. Y un día domingo me llamó y me dijo 'Doctor, he decidido nombrarlo ministro de salud. El lunes es su juramento' y todo el tiempo que fui ministro nunca nos tratamos de "tu", siempre de usted con respeto republicano.
-¿Qué crítica o análisis le hace al sistema de salud hoy día?
-No puedo hacerle una crítica, porque a través de mi historia he visto que han existido tantos proyectos de salud, políticas, colaboraciones de diversos expertos de todas las tendencias y nunca se ha logrado tener un eficiente sistema político de salud y ahora peor que nunca. Hoy evidentemente hay crisis en el sistema de salud por razones económicas, de pensamiento, la ausencia de seguridad social, etcétera, por lo que mi recomendación es que la mejor manera de tener un buen servicio de salud es llamar a todos los expertos políticos o no, a conversar y crear un consenso nacional.
-¿A qué cree que se deba el desencanto en la política actual?
-La gente está desencantada porque la política se ha olvidado que lo más importante en un país es el ser humano, la persona. Creo que los políticos no han estado a la altura de lo que es una sociedad y no interpretan bien a la persona en sus necesidades, no solamente económicas, sino también espirituales.
-¿Quiere dejar algún mensaje con su libro?
-No, no he pretendido dejar mensaje, sino solamente escribir lo que ha sido mi vida. El libro fue impulsado y financiado por el Colegio Médico y por eso no le pongo precio y simplemente he querido compartirlo con mis cercanos.
"La mejor manera de tener un buen servicio de salud es llamar a todos los expertos políticos o no, a conversar y crear un consenso nacional"."
libro escribió a sus 90 años el médico jubilado Julio Montt para dejar como legado su historia de vida. Un
ámbitos marcaron la vida de Montt: el político, que lo llevó a ser ministro; y la medicina, que lo acercó a la gente. 2